En Internet encontramos infinidades de historias que nos enseñan muy buenos mensajes. Hay historias tan fantásticas que pueden rayar en lo sobrenatural, debido a situaciones bastante peculiares.
Esta es una de las historias que nadie se puede explicar. Aconteció en Canadá, para ser exactos en Quebec, y le pasó a una señora llamada Regina Andrews, quien tuvo un accidente a principios del 2012. El accidente fue en automóvil, en él viajaba su pequeño hijo llamado Matthew, quien en ese entonces tenía 7 años.
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Ella iba manejando por una de las vías rápidas de la carretera, a su lado estaba su hijo de 7 años, pero Regina se encontraba utilizando el celular mientras conducía, se estaba comunicando con una de sus amigas, iban enfrascadas en un chisme tremendo. Su amiga había sido engañada por su esposo con otra mujer y ya estaban en trámites de divorcio.
Debido a la época del año, todavía nevaba en la ciudad, había un poco de hielo; es bien sabido que en ese tiempo debes manejar con mucho cuidado para evitar cualquier accidente. Pero esto no lo previó Regina, quien iba metida en la conversación. Aquí fue cuando se acordó que tenía que pasar a recoger unas cosas a la lavandería, pero el tiempo no le era suficiente, así que decidió mandarle un mensaje por Whatsapp a su amiga; Matthew venía jugando videojuegos en su consola portátil.
De repente un carro se atravesó del lado contrario a alta velocidad y se estampó frente a ellos. Fue un accidente terrible, como era de esperarse, su hijo no tenía cinturón de seguridad puesto, gracias a eso tuvo severas lesiones que le costaron la vida. La madre del pequeño logró sobrevivir, pero vivió atormentada por el sentimiento de culpa que tenía dentro, ella no se lo podía perdonar porque su hijo era muy pequeño y a ningún padre le gustaría ver morir a su hijo.
Tuvieron que pasar 3 años desde aquel momento y Regina aún se lamenta lo sucedido. Llegó la fecha del aniversario del accidente y el fallecimiento de su hijo, ella estaba en su casa recordando esos momentos.